lunes, 14 de abril de 2008

Federico García Lorca. "La aurora"


“La aurora”. García Lorca. La generación del 27// A.G.C.

La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.


La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.


La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.


Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.


La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.


LOCALIZACIÓN: “La aurora” es uno de los poemas insignes de Poeta en Nueva York del artista granadino Federico García Lorca. Este libro, escrito entre 1929 y 1930, durante su estancia en la Universidad de Columbia, es considerado por gran parte de la crítica como el más alto exponente de las cualidades líricas lorquianas. En sus poemas, el poeta nos ofrece una visión conmovida y sensible del hombre, indefenso y desnaturalizado ante la maquinaria implacable de la ciudad moderna. La actitud crítica del poemario se referirá esencialmente a la deshumanización que en la ciudad industrial encuentr, así como a la denuncia de la opresión y las desigualdades sociales.

En la órbita del surrealismo escribirá, en 1930, en La Habana, sus obras dramáticas Así que pasen cinco años y El público. Parece clara la asunción de la vanguardia y una sensibilidad en continuo desarrollo, atrevida e innovadora. En el surrealismo halló García Lorca la solución a sus experiencias dramáticas interiores, sus obsesiones y sus vehementes deseos de expresión.

La plenitud poética de García Lorca había comenzado con el Poema del cante jondo (1931) que, mediante la unidad temática, formal, conceptual y la expresión de los sentimientos, debida en parte a su inspiración folclórica, describe la lírica neopopularista de la Generación del 27. En Primeras canciones (1927) y Canciones (1936) emplea las mismas formas: la canción y el romance. Los temas del tiempo y la muerte se enmarcan en el alba, la noche, la ciudad andaluza y los paisajes lunares. La muerte y la incompatibilidad moral del mundo gitano con la sociedad burguesa son los dos grandes temas del Romancero gitano.

Como poeta del 27, Lorca comparte con Cernuda, Alberti y Aleixandre la experiencia surreal como nueva forma de desvelar lo humano, desde el irracionalismo, lo visionario y lo sugestivo.

TEMA: “La aurora” no tiene un solo tema principal. Podríamos decir que se habla de la llegada de la aurora, del amanecer, a la ciudad moderna, industrial y violenta. Por otra parte, lo que Federico García Lorca denuncia es la inhumanidad de la nueva civilización, la deshumanización a que se ve sujeto el ser humano, privado de lo natural, la ingenuidad y la magia.


ESTRUCTURA Y FORMA: El poema, dada su naturaleza surrealista, está escrito en versos libres de distinta medida. Esta libertad métrica obedece a la necesidad de comunicar sin artificios, utilizando el verso de una forma natural, no anclado en una determinada medida o en una rima impuesta. La expresión del poeta se vuelca con lo humano, intraducible a esquemas fijos. El verso tiene una amplitud “vital”, más que puramente formal. En las tres últimas estrofas, sin embargo, los versos son alejandrinos, pero de una musicalidad en ningún caso impostada.

“La aurora” se organiza en cinco estrofas de cuatro versos, en lo que parece aún un recuerdo de la estrofa tradicional. La novedad vendría dada por la disimilitud de los versos. Los procedimientos musicales utilizados por Lorca tienen que ver más con las repeticiones, las estructuras paralelas, las anáforas y las recurrencias internas a nivel fónico, morfosintáctico o semántico. Estas recurrencias son llamadas “isotopías”. Además se pueden apreciar algunas rimas internas, que vertebran el poema.


LENGUAJE POÉTICO: Lorca escribe Poeta en Nueva York a partir de su experiencia en EEUU. Para Lorca la civilización moderna y la naturaleza son incompatibles. Su visión de Nueva York es de pesadilla y desolación, propia de un mal sueño. Para expresar la angustia y el ansia de comunicación que lo embargan, emplea las imágenes visionarias del lenguaje surrealista. Su libertad expresiva es máxima, aunque junto al verso libre se advierte el uso del verso medido.

El poema presenta una estructura en orden creciente en la intensidad. Es una intensidad afectiva, que va desde la tristeza del amanecer hasta la desolación final del “naufragio de sangre”.
En lo que se refiere a recursos poéticos utilizados, podríamos decir que la sonoridad del poema va en consecuencia con los ambientes que desea representar. Predominan las sonoridades dramáticas, las que sugieren oscuridad, tragedia, inmundicia, en ocasiones expresadas en forma de aliteraciones: “huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas”. Las imágenes y metáforas irracionales (“monedas en enjambres furiosos”, “nardos de angustia dibujada”, “cieno de números y leyes”…) traducen una denuncia de la desnaturalización a la que se ve sometido el hombre.

Sería interesante el análisis de dos grandes campos semánticos, que entran en conflicto:
A) la luz, la aurora, la mañana, la esperanza, el juego, el paraíso -que representan valores positivos de lo humano y de la Naturaleza
B) las aguas podridas, negras palomas, angustia, taladrar, devorar, leyes y números, naufragio de sangre, abandonados niños – que muestran la deshumanización, la alienación y la pérdida de valores humanos que en la ciudad se operan.

El conflicto individuo/sociedad, naturaleza/civilización da como resultados una visión pesimista, casi apocalíptica de Nueva York, donde incluso la aurora nace envuelta en suciedad y miseria.

1 comentario:

letrado1997 dijo...
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